lunes, 27 de julio de 2009

¿Quién es quién?

Se arrastra como lo hacen las sierpes, sigilosamente, al acecho y buscando el momento perfecto para dar su mordisco letal, pues sólo hay una oportunidad. Exactamente así es como escruta el pasado, camuflado entre imágenes y palabras, entre recuerdos y sueños, buscando su imagen, su "yo".
Oteando desde lo más alto de la línea de su tiempo, ansía poder ver lo que ven los demás, y así descubrir quién fue, quién es, y porqué no, también quién será. Perdido en si mismo busca la salidad del laberinto de la personalidad. Recorrerse a uno, a fin de cuentas, no es fácil.

No se siente humano, no puede. No puede sentirse algo que no está seguro de ser, y por más que intenta descubrirse, sólo consigue hallar sombras en una luz cegadora. Tal vez sea el inconsciente, puede que sea creada por el Dios Zeus, tal vez sea un fallo ocular. Sea como sea, no consigue dibujar la forma, la palabra, la respuesta, y los interrogantes le golpean con más violencia que la última vez.


Como un superviviente a un tronco, una conclusión se aferra con uñas y dientes a su esponjoso cerebro: Cada uno es lo que siembran los demás, y los demás son lo que siembra cada uno, y aunque sea sólo un rumor, hay quién consigue ser uno mismo.