domingo, 8 de noviembre de 2009

Bajo el manto del pesismismo

Cielos grises reinando desde lo más alto. Observan, gimen y lloran. Su taciturna mirada destierra los peores recuerdos de mi corazón. Crea lagos en cuyo reflejo sólo veo soledad. El ave incansable reposa como cada noche en el alféizar de de mi ventana. Sueña libertad. Pregunta a la dama gris por qué ansía repartir desolación. Nunca obtiene respuesta. Sólo lágrimas cristalinas directas a su alma cayendo como carámbanos. Una mirada nacida de la desesperación, que mantenida bajo el manto del pesimismo, pinta un cuadro de elementos abstractos pero de fácil comprensión. No hay donde ir. No puedo pasar por ninguna puerta. No he tomado el brebaje necesario. Tal vez, no el recomendado. ¿Qué queda entonces sino árboles resquebrajados por la edad, y demasiado sabios como para entender a un alma que no se comprende ni a si misma?.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

(No) Lástima.

Sentir una exagerada lástima en una situación concreta por aquellas personas que no conoces, y que ni siquiera se te pasan por la cabeza ni una millonésima parte del tiempo de tu vida, me parece patético y reprochable. Dónde tú ves la humanidad que defiendes, yo sólo veo egoísmo en estado puro. Te consideras mejor persona por conocer, de casualidad, cualquier tragedia, hablar de ella y comentar "pobrecico/a" o "qué lástima" sin tener la más mínima idea de como es/era dicha persona, pero da igual, tú te sientes bien contigo mismo/a y das una buena imagen pública.

¡¡¡VIVA LA HIPOCRESÍA!!!, seamos sinceros de una maldita vez, ya no es cuestión de abrir los ojos (no es aceptable ya esa excusa) si no de ser realistas y utilizar cada palabra adecuadamente, exigentemente. Cuando empieces a comprender y conocer el lenguaje que utilizas, empezarás a conocerte y comprenderte a ti mismo.

En fin...Patético.

martes, 29 de septiembre de 2009

Y qué más da lo demás.

Todo se convierte en una vorágine de pros y contras, un sinsaber continuo de lo que realmente deseo. Situaciones sin nombre, esas son las que odio, las que me convierten en la persona que soy, y ni siquiera se si tengo que dar gracias por ello. Angustia, desorientación, inutilidad...sensaciones que parten el alma, la descomponen en millones de trozos imposible de juntar, o esa impresión da, son las que recorren mi ser como si de un círculo vicioso se tratase.




Ais...después de todo sólo me queda mi "yo" mismo, todo lo demás queda ahí...suspendido.

martes, 25 de agosto de 2009

Voluntad.

Pobres, siguen buscándose a través de los ojos del mundo, cometiendo el mismo error una y otra vez y convirtiéndose en mera existencia anónima. Existencia que no debería existir, pues sólo roban el oxígeno a los guerreros. ¿Cuántos años más necesitan?, ¿Cuánta basura en forma humana ha de parir la naturaleza, para que al fin se den cuenta de que las respuestas no vienen de fuera, si no de dentro?, ¿Cuántos años han de pasar para que despierten y recobren la energía y la voluntad de ser algo más?.

¡Sed algo de una vez!, ¡sed humanos!.

Liberad al ente que lleváis dentro, dejad correr libre al espíritu superior que mantenéis encadenado al miedo de la existencia, al miedo de la verdad.

Felicidad llamáis a cualquier estado placentero, burdo éxtasis es nada más. Felicidad llamo yo a la sensación de crecimiento y superación. Feliz me siento cuando sé que aún hay obstáculos y complicaciones, las mismas que me proporcionan otra oportunidad para crecer, para ser realmente humano, para ser lo que pocos pueden ser.

sábado, 15 de agosto de 2009

Heridas y Recuerdos.

El silencio, me recorre por dentro
abriendo y heridas y trayendo recuerdos
momentos, que creía olvidados y ahora son eternos
El reflejo del espejo deja pasar el tiempo
como si éste fuera sólo objeto del desprecio
pobre alma insulsa que sólo puede ver el cielo
mientras que el mundo entero reza por pisar el suelo
Los dioses, eligen sólo a aquellos
que viven rodeados de sueños y deseos,
seres ignorantes que luchan con empeño
sin saber que al final es todo sólo un juego.

Recuerdo cuando la alegría me impregnaba de luz,
todo era distinto, el cielo era de color azul,
lástima no darse cuenta antes,
de que la familia unida es sinónimo de salud.

Ya tarde es para abrir los ojos y sonreír otra vez.

lunes, 27 de julio de 2009

¿Quién es quién?

Se arrastra como lo hacen las sierpes, sigilosamente, al acecho y buscando el momento perfecto para dar su mordisco letal, pues sólo hay una oportunidad. Exactamente así es como escruta el pasado, camuflado entre imágenes y palabras, entre recuerdos y sueños, buscando su imagen, su "yo".
Oteando desde lo más alto de la línea de su tiempo, ansía poder ver lo que ven los demás, y así descubrir quién fue, quién es, y porqué no, también quién será. Perdido en si mismo busca la salidad del laberinto de la personalidad. Recorrerse a uno, a fin de cuentas, no es fácil.

No se siente humano, no puede. No puede sentirse algo que no está seguro de ser, y por más que intenta descubrirse, sólo consigue hallar sombras en una luz cegadora. Tal vez sea el inconsciente, puede que sea creada por el Dios Zeus, tal vez sea un fallo ocular. Sea como sea, no consigue dibujar la forma, la palabra, la respuesta, y los interrogantes le golpean con más violencia que la última vez.


Como un superviviente a un tronco, una conclusión se aferra con uñas y dientes a su esponjoso cerebro: Cada uno es lo que siembran los demás, y los demás son lo que siembra cada uno, y aunque sea sólo un rumor, hay quién consigue ser uno mismo.

lunes, 1 de junio de 2009

¿Y si...?

Que duro es hacerse esta pregunta una y otra vez. Y aún así no llegar siquiera a imaginar todos los distintos caminos que podríamos haber recorrido si hubiéramos hecho y/o dicho cualquier otra cosa o simplemente nada, si hubiésemos insistido en mantener el contacto con esa persona y no con las otras, si las elecciones tomadas hubiesen sido distintas, si hubiéramos sido más objetivos o subjetivos. Darse cuenta de que lo vivido, podría haber sido otra situación completamente distinta, más alegre, más triste.

Se podría tomar la postura de aceptar que todo camino tiene tanto cosas positivas como negativas, pero lo difícil de aceptar llega cuando descubrimos que aquél otro camino era mejor, cualquier otra cosa, o eso nos parece. Claro que siempre es más fácil creer que creemos en el equilibrio perfecto.

Pero aún se complica y se hace más doloroso cuando, después de darle vueltas a la cabeza e ir recordando breves momentos, te das cuenta de que en tu mano ha estado la posibilidad de elegir "aquellas" palabras, "aquél" camino, "aquella" persona. Y que por cobardía, autoengaños y demás excusas inútiles, estás donde estás, sin saber si estás triste o feliz, sin saber lo que quieres o lo que no quieres, sin saber nada de ti, de él, de ella, de ellos y de ellas.
Sólo sientes o más bien deseas el tener la opción de darle al botón de reiniciar, de empezar de nuevo. Prefieres volver a ser un novato en el juego de la elección, con los riesgos que conlleva, que seguir la partida actual. Y lo peor de todo es que ni siquiera sabes si es eso realmente lo que quieres, si es el camino "correcto", el mágico camino con destino a los anhelados brazos con aroma a felicidad.

domingo, 31 de mayo de 2009

Morir soñando.

Amanece otra vez desconcertado, triste, solo. A su cabeza van y siguen yendo imágenes de la enigmática mujer cuya belleza es, sin duda, la peor de las torturas. Cada noche emerge de su inconsciente y le brinda la más cálida de las sonrisas acompañada de una mirada de complicidad e inocencia, le susurra palabras insonoras y eminentemente después, sin saber como, sus manos están agarrando su cintura sin poder dejar de observar quellos ojos color cielo, mientras siente como van buceando hasta lo más profundo de su ser.

Una acaricia no es suficiente para descifrar el secreto del efecto mágico que, bailando al compás del mar, provoca su dorado pelo. Hipnotizándole, y haciendo imposible cualquiera resquicio de verdad.
Sus desnudos hombros se asoman sin aparente intención, como espías, observando, intensificando el hechizo de su piel. "No es real", quiere pensar y creer, aunque no lo consigue.

Y a cámara lenta, pudiendo disfrutar cada efímero instante, sus manos entrelazadas atraen su cuerpo y perdiendo todo control de si mismo, se va acercando al abismo de su boca, al roce de su cuello, al vacío más temeroso jamás imaginado.


Día tras día, lo primero que recuerda es la sonrisa de aquella diosa. Diosa a la cual maldice hasta la saciedad, pues cada noche con cada beso parte su alma en trozos y se hace dueña de ellos. Robándole la vida, hundiéndole en la soledad.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Presta atención.

Escucha al silencio, alza la vista y observa el cielo. Está llorando desolado, el tiempo pasa para todo y no se sabe hasta cuando y como. Miedo, llora de miedo, llora al sentirse inútil, al saberse débil e inseguro. Infinito como es, las heridas más dolorosas y profundas son, la sangre transparente cae con fuerza, fraccionada en millones de efímeras agujas que forman ríos de recuerdos que no desaparecen. Los Susurros de los dioses le doblegan, los gritos y palabras se clavan en su alma descomponiéndola sin compasión. Parece no existir, se siente invisible aún estando presente en todo el confín. La desesperación y el no saber hasta cuando le mutila, con violentos mordiscos, su insulsa vida. Día y noche intenta esconderse tras soplos de humo blanco, recorriendo paisajes imposibles y deseando y gritando que antes que tarde o nunca, todo acabe con un perfecto punto y final.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Romanticismo actual.

Hablan del amor como si de un juego se tratara, o peor aún, como si fuera algo rutinario, normal, vulgar incluso.

En su mayor parte, detesto a esa gente, mentirosos con nombres cualesquiera. Pero también siento lástima, pues imagino que nunca llegarán a sentirlo, o lo que es peor, supongo, que si lo sienten, no sabrán comprenderlo, disfrutarlo, sufrirlo.

Día a día engañan a los demás y a ellos mismos. Es triste, pero también es odioso. Almas que juran y perjuran, inconscientemente en vacío, inconscientemente sabiéndolo.

Con el transcurso del tiempo, se ha ido perdiendo la esencia, la magia. Se hablaba menos de él, pero cuando se hacía era con suprema sinceridad, y todo quedaba reducido o al disfrute más maravilloso o a la tragedia y miseria más insufrible. Hoy en día, se trata demasiado, y siempre con palabras de vacíos significados, no por si mismas, si no por los que las emiten. En reglas generales, no se disfruta ni sufre como antes, no se siente como antes.

Todo lo que se pueda decir, pensar, incluso imaginar del amor hoy en día, no es más que el reflejo de antaño. Una pala en millones de manos, de mentes, que poco a poco y mirándolo directamente a los ojos, lo entierran.

jueves, 19 de marzo de 2009

La tormentosa noche.

Suplicaba tranquilidad a su corazón mientras se acercaba al umbral de su destino. Sacó las llaves, que el padre de Rebeca le había dado después de verle como un hijo tras las continuas visitas a su desgraciada hija. Entró al patio de la casa, dejando huellas en la alfombra azul debido a la tormenta que gritaba y lloraba incesantemente. LLamó al ascensor, pero no podía esperar, no más. Subió las escaleras de tres en tres. Aquellos cinco pisos, que normalmente eran sinónimo de alegría, esa noche se convirtieron en el mismo infierno, la peor de las torturas.

No entendía esa sensación que le avisaba y perforaba desde dentro, no sabía el porque, pero eso era lo de menos. Él sólo tenía aqué temor irracional de que Rebeca estaba en peligro, que algo desastroso para su alma iba a pasar. Tenía que ser rápido.

Al llegar a la puerta, necesitó de tres intentos para encajar la llave y hacerla girar, gracias a dios no estaba con el cerrojo puesto, tal vez llegase a tiempo, "debes llegar a tiempo", le susurraba una voz interior.
Entró tropezando debido a la descoordinación de mente y cuerpo. Divisó a Rodrigo, el padre de Rebeca, en mitad del pasillo y cabizbajo contra la pared. Rodrigo giró lentamente la cabeza, sus ojos gritaban desesperación, dolor y una agonía la cual aún sabiendo que llegaría, no estaba preparado todavía.

Se quedó petrificado, en estado de shock, intentando engañarse a si mismo ante la imposibilidad de las palabras que los ojos, del que era un padre para él, le emitía como un virús mortal inyectado al alma. Tras un breve pero intenso periodo de tiempo, empezó a caminar temiendo haberse olvidado de como se hacía. Llegó a la puerta que simbolizaba el paraíso, la felicidad. La abrió lentamente con la yema de los dedos y vió a Carla, la madre de Rebeca, postrada de rodillas sobre la cama de su hija y sosteniendo su inerte mano, llorando desconsoladamente, gritando por dentro.

Se acercó hasta al pie de la cama, sin respirar, con el pulso casi paralizado y la vista borrosa hasta que al fin la vió. Rebeca estaba preciosa como siempre, con su delicada y translúcida piel y su faz perfecta de mejillas normalmente rosadas, normalmente.
Se acercó a un lado de la cama, se inclino a sus labios esperando lo imposible, un leve suspiro de vida, que le diera la bienvenida y saborear su dulce aliento. Sus lágrimas, tímidamente empezaron a asomarse, caían como lluvia sobre un verde y paradisiaco valle. Apoyó su cabeza sobre el frío pecho de Rebeca, silenciosamente le empezó a susurrar y a pedir su perdón, perdón por llegar tarde, perdón por no haberle dicho nunca con palabras lo que sentía, lo que esa noche iba a confesarle. Simple y complicadamente, perdón.

Se puso en pie, miró a Carla, ésta le devlvió la triste mirada, volvío la vista a su amor y con el leve sonido de voz y las pocas palabras que pudo articular, dijo: Voy a ir a buscarte.

Salió más ligero y ágil que como entró, Carla y Rodrigo, sabiendo lo que se porponía hacer su "hijo", le dijeron adiós.

Fue a la plaza en la que siempre le leía poemas, a veces propios, a veces no. Donde le narraba historias fantásticas y mágicas, con las que Rebeca reía, imaginaba, soñaba. Acercándose a la estatua testigo de la relación, a su confesora y amiga, sacó la daga que le dejó su padre antes de morir.
Y recitando el último verso del último poema que le dedicó a su único amor, se la clavó desgarrándose y atravesando alma y corazón.

viernes, 13 de marzo de 2009

In-Existencia.

El ser humano teme la inexistencia, la posibilidad de que el "ser" sea "no ser". Las ideas, abstractas e inmateriales, sufren el riesgo de no existir, y ante tal posibilidad, ellos hacen todo lo posible e inhumano (pues sólo algún Dios podría hacerlo, suponiendo que exista(n)) para obligar a la posible inexistencia a existir, ya sea en forma de palabras, sistemas, sensaciones ridículas, o todo junto.

La respuesta absoluta sobre la existencia de algo, incluso de lo que parece ser físico, vuestro (como los sentidos y la información que dan), también el mundo y llegando hasta a la existencia de uno mismo, tal vez no exista. Sólo tal vez.

No defiendo en esto la inexistencia de nada, la existencia de todo, la inexistencia de lo existente o la existencia de lo inexistente. Porque simplemente no lo sé, y dudo de la posibilidad de llegar a saberlo. Pero quiero invitar a la reflexión, al supuesto acto de pensar, y hacer algo que hacen todos los demás: crear de algo posiblemente no existente, como es el conocimiento, una idea.

miércoles, 28 de enero de 2009

Enfermedad de amor.

Otra noche más, vuelve a repetirlo. Sentado en la cama y apoyado contra la pared, observado por las fotografías de la estantería, relee las cartas que nunca envío. Siente rabia al descubrir palabras emborronadas, es su círculo vicioso de recuerdos y lágrimas. Maldiciéndose una y otra vez; se arrepiente una más, se golpea desquiciadamente al saber lo que sabe y no haberlo sabido cuando importaba.
Jura contra el tiempo, uno de los peores enemigos del Hombre y creado por él mismo. Se ríe ante tal ocurrencia. Se golpea con más fuerza.

En su cabeza, empiezan a sonar carcajadas; la visión se nubla, sin control mira aquí y hayá. De repente, la puerta parece que se empieza a abrir tímidamente, el sentido y el latir de su corazón, corren en velocidades proporcionalmente opuestas. Quedase quieto, observando como los dedos de una mano izquierda traspasa el umbral seguida del resto del cuerpo, de su cuerpo. Se asoma la sombra de aquél ser; los pies descalzos, las esculturales piernas, un vientre liso, destapado, invitando a ser acariciado, recorrido, sinuosos senos opacados por una celeste fina tela reposada en unos estimulantes hombros. El sedoso pelo embrujando el ambiente y el aroma, portal del sueño eterno, se combinan artísticamente con las cálidas mejillas y los enigmáticos labios.
Se queda atónito al recordar su por qué, en aquellas rutilantes esmeraldas. El descontrol gana fuerza al prestar atención en la sombra de la no invitada, de la deseada.

Ella se acerca, se ofrece a la luz de la luna, alza los brazos y susurra su nombre.


El corazón y el sentido, llegan a la meta, llegan a la paz.

jueves, 15 de enero de 2009

Magia.

¿Qué es la magia?.

Puede que la magia sea un símbolo del potencial, de lo bueno que hay en nosotros, aunque la mayoría de las veces no lo sabemos, ni siquiera nos lo imaginamos. Puede significar todo sentimiento de honor, amistad, valor, unidad, todo aquello que sale en las situaciones más inesperadas. Lo que nos hace humanos.
La cercanía y pertenencia a la naturaleza, el reflejo de esa conexión. Un día dorado por el sol, una noche plateada por la luna. El caminar sonriendo, rodeado por las personas que se ama. El autodescubrimiento gracias a los demás, y el ser "los demás".
El ir más allá, afrontar la vida, hacerla disfrutar con nosotros, y emanar felicidad. Superar los obstáculos y ayudar a eliminarlos a la vez que sabemos apreciar lo bueno que hay en ellos.

Puede ser muchas cosas o ninguna, real o irreal. Pero saber sentirse humano, y apreciar las profundas virtudes que posee, perfectamente podría decirse que es mágico.

¿Qué es la magia?.

domingo, 4 de enero de 2009

Eterno viaje.

Navegar en un mar de niebla, no a la deriva como se imagina, pues el rumbo dibujado en su ideal, está siguiendo. Sabe a donde va, no si llegará, pero lucha por conseguirlo. Su capitán es la razón, su brújula el sentimiento,su tripulación,lágrimas y sonrisas.
Palabras virulentas, a veces, intentan destruirlo, pero él no se rinde, es fuerte y sabe resistir el oleaje. De vez en cuando, también encuentra ayuda, seres celestiales animan su alma cuando esta lo necesita. No intercambian palabras, no hace falta, simplemente se interiorizan y dibujan con rutilantes miradas aquel preciado destino. Sólo recordar, a veces, le hace falta.

Únicamente tiene miedo de un supuesto. El precio que ha de pagar por el viaje, no le importa su vida, la daría sin lugar a dudas. Es la otra, lo que más desea, la razón de su odisea, los ojos en la noche y su aliento agitado cuando duerme. Tiene miedo, pues sabe que el mundo es intercambio, equilibrio. Conoce los secretos de la vida, pero aún no ha aprendido a engañar a la muerte.
Aún con todo, seguro está, de que al final, de un modo u otro, sus miradas se encontrarán, cruzarán los límites, y en la eternidad permanecerán.

Juntos.