Incrédulo, como Nietzsche al ver que Dios sigue vivo
y el superhombre murió hace ya tiempo;
con el latir del pecho disonante,
como el músico que duda en el silencio.
No entiende, no se entiende(!) aunque lo intente,
desollando sus recuerdos pero hallando solo pestes;
que el tiempo pasa lento pero mata rapidamente.
Que la razón, no entiende de razones si es cuestión de asuntos de mayores,
y que los niños, no es que sean felices, sino más bien unos ignorantes.
martes, 28 de noviembre de 2017
lunes, 27 de noviembre de 2017
Tic Tac.
Dos almas se guiñan el deseo.
Tic Tac.
Las fotos se cubren los ojos.
Tic Tac.
El aroma a café recién hecho.
Tic Tac.
Un "te llamo luego".
Tic Tac.
Los dos bajo el mismo techo.
Tic Tac.
La bañera como lecho.
Tic Tac.
El bis de los secretos.
Tic Tac.
El reloj sigue corriendo.
Tic Tac.
La piel siente recelo.
Tic Tac.
El estribillo ya no suena.
Tic Tac.
El corazón advierte tormenta.
Tic Tac.
La vajilla por el suelo.
Tic Tac.
El deseo yace muerto.
Tic Tac.
En Verona están de luto.
Tic Tac.
Dentro está lloviendo.
Tic Tac.
El diario se convierte en fuego.
Tic Tac.
Y el futuro en cenizas negras.
Tic Tac.
Ley del juego ingrato.
Tic Tac.
Amaneces con placer.
Tic Tac.
Te acuestas en pedazos.
Tic Tac...Tic...Tac.
Dos almas se guiñan el deseo.
Tic Tac.
Las fotos se cubren los ojos.
Tic Tac.
El aroma a café recién hecho.
Tic Tac.
Un "te llamo luego".
Tic Tac.
Los dos bajo el mismo techo.
Tic Tac.
La bañera como lecho.
Tic Tac.
El bis de los secretos.
Tic Tac.
El reloj sigue corriendo.
Tic Tac.
La piel siente recelo.
Tic Tac.
El estribillo ya no suena.
Tic Tac.
El corazón advierte tormenta.
Tic Tac.
La vajilla por el suelo.
Tic Tac.
El deseo yace muerto.
Tic Tac.
En Verona están de luto.
Tic Tac.
Dentro está lloviendo.
Tic Tac.
El diario se convierte en fuego.
Tic Tac.
Y el futuro en cenizas negras.
Tic Tac.
Ley del juego ingrato.
Tic Tac.
Amaneces con placer.
Tic Tac.
Te acuestas en pedazos.
Tic Tac...Tic...Tac.
Enganchado a tu poesía como el niño a las golosinas,
A tus palabras curvas, tu voz transcrita,
Sin pretensiones de grandeza,
tan solo abrir el pecho de aquellos que se atrevan,
Eres guarida y la tormenta,
eres la cuchilla, eres la venda,
El tortazo que te trae de vuelta,
el que te deja en shock, mudo y sin respuesta.
De noche me embarco en tus adentros,
a veces con vergüenza, con los dientes pretos,
Con recelo, cuál será el coste de verme entre tus versos,
aunque ya es tarde, te leo, te siento, lo siento.
No me debes nada, gracias, te lo debo todo.
A tus palabras curvas, tu voz transcrita,
Sin pretensiones de grandeza,
tan solo abrir el pecho de aquellos que se atrevan,
Eres guarida y la tormenta,
eres la cuchilla, eres la venda,
El tortazo que te trae de vuelta,
el que te deja en shock, mudo y sin respuesta.
De noche me embarco en tus adentros,
a veces con vergüenza, con los dientes pretos,
Con recelo, cuál será el coste de verme entre tus versos,
aunque ya es tarde, te leo, te siento, lo siento.
No me debes nada, gracias, te lo debo todo.
Huye de la desdicha, huye, como ha hecho siempre en esta vida,
acorazando piel, sueño y lágrima.
Sin estrategias de contienda, con bandera negra asumiendola derrota.
No hay opción, cree, no hay razón, inventa,
que no que no y que no!...las voces cesan.
En su zona de guerra sin confort, con miedo a perderlo todo, a perderla a ella,
se guarda las palabras, no las monedas,
rehuyendo su mirada mientras desvía su atención con frases hechas.
Siente que lo que siente,
es imposible que lo sienta el ser por quién lo siente,
y que aunque así fuera, él sería insuficiente.
Que a pesar de que su cuerpo, que es el barco que otea en cada sueño,
esté a ahora mismo a medio verso de distancia,
no hay forma de salvar tal espacio,
de no acabar siendo un náufrago.
acorazando piel, sueño y lágrima.
Sin estrategias de contienda, con bandera negra asumiendola derrota.
No hay opción, cree, no hay razón, inventa,
que no que no y que no!...las voces cesan.
En su zona de guerra sin confort, con miedo a perderlo todo, a perderla a ella,
se guarda las palabras, no las monedas,
rehuyendo su mirada mientras desvía su atención con frases hechas.
Siente que lo que siente,
es imposible que lo sienta el ser por quién lo siente,
y que aunque así fuera, él sería insuficiente.
Que a pesar de que su cuerpo, que es el barco que otea en cada sueño,
esté a ahora mismo a medio verso de distancia,
no hay forma de salvar tal espacio,
de no acabar siendo un náufrago.
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