sábado, 31 de marzo de 2018

Saxofonista de tu boca,
con la delicadeza del juego entre lenguas que se rozan
pero, que por vergüenza...
...no se tocan.

Astronauta de tu pecho,
con la esperanza de lograr un "yo también", un beso devuelto
pero, no queda oxígeno...
...ahogado por el miedo.

Prisionero de tu alma,
con la fe inquebrantable de quién ya no tiene nada
pero, no necesita más...
...su sonrisa, su dogma.

Cartógrafo de tu cuerpo,
con la precisión de un poeta que mide cada verso
pero, sigue estando lejos...
...de recitarle su "te quiero".

jueves, 22 de marzo de 2018

La felicidad pende de una cuerda abrazada al techo, suave y firme como las manos de un ángel. Y no pretendo engañar a nadie, tan solo aspiro a no sentirme tan vacío, con eso ya me vale.
Caído del templo de las promesas donde las palabras no se las lleva el viento, te las funden en el pecho, con una sonrisa, regando la semilla de la esperanza, creciendo un matojo de sueños rotos.
Intentando comprender por qué proyectaron una imagen tan ostentosa, cuando ya sabían como desdibujarla; más bien mutilarla, despacio, a la vista de todos, egoístas a tiempo completo.

Y mientras tanto los días pasan, se suman, y el sino falta; la sonrisa es una farsa, Síndrome de Cotard.