domingo, 24 de junio de 2012

Demasiado fácil es odiarme como soy
a mi lado el mundo fluye, no se atora como yo
la marea va subiendo, la mente se congela
maldito corazón que se pierde en las estrellas
sonrío a todo el mundo, la estampa está completa
miro a mi interior y la cabeza da mil vueltas
a todo y nada vivo y mientras puedo sigo
mi vida un laberinto infinito y sin sentido

Anhelo y valentía que me hacían de guía
no sé dónde están me acompaña la apatía
la inseguridad me destripa como quiere
tortura mis sentidos y el no tenerte (me) duele
mi cuerpo en una celda a metros de distancia
mientras mi mente vaga por senderos de la infancia
putas obsesiones lloros y emociones
así son las hojas que completan mis renglones


Rusa, es la ruleta a la que juego
mi corazón la bala y tu mirada es el tablero
Miedo, cada noche y cada día
siento el frío acero recorriendo mis mejillas
Tiembla, la esperanza y ya no siento
control y dirección sobre este sentimiento
Quiero alzar el vuelo más alto si puedo
y traspasar el cielo sin penas ni tormentos


Otra vez de nuevo me golpea el autoestima
demasiado cerca el tren y yo parao entre las vias
como en tiempos pasados la Luna ya no brilla
hay gotas que se vierten como ejemplo de su furia
desidia que me envuelve y días que no acaban
tu sombra me persigue con los dos brazos en alza
hay batallas que se pierden otras que se ganan
flechas que se lanzan contra almas que se aman

Las minas enterradas esperan con paciencia
aquellos ingenuos pasos que me lleven sin defensa
toda oportunidad merece ser usada
pero qué coño pasa cuando todo es una farsa
mi espada se quebró al ser desenfundada
mientras tú arrebatabas lo poco que me quedaba
la efímera ilusión de poder llegar al sol
cantando a plena voz los versos de esta canción


Rusa, es la ruleta a la que juego
mi corazón la bala y tu mirada es el tablero
Miedo, cada noche y cada día
siento el frío acero recorriendo mis mejillas
Tiembla, la esperanza y ya no siento
control y dirección sobre este sentimiento
Quiero alzar el vuelo más alto si puedo
y traspasar el cielo sin penas ni tormentos