viernes, 13 de septiembre de 2013

Demasiado tiempo contra el suelo y llegados a este punto ya no busco salvar el infierno. Hoy la Felicidad se encuentra en venta y la Personalidad en la teletienda. La sociedad perfecta dicen, la soledad te asfixia asumen, y así crecemos a merced de una imagen, un producto, un estereotipo temporal, efímero.
Son muchas horas entre cuatro paredes que no cambian, que soportan las miserias y alegrías de una existencia que busca el equilibrio, encontrarse con sentido, saboreando el aislamiento como el manjar del conocimiento de aquello que pocos aceptan y menos aún se atreven a afrontar. No siempre lo correcto está en la mayoría, y tan sólo hace falta echar la vista atrás y apreciar el día a día. No te engañes, estar solo no es tan malo, aprendes a estarlo mientras algunos pierden la cordura por no relacionarse con su espectro, se ahogan en brazos de cualquiera, cosen sus sonrisas y usan lágrimas como arma arrojadiza, se temen demasiado. Estamos creando mentes dependientes de personas que no conocemos, algunas ni existen. Estamos perdiendo nuestra esencia, el ser uno mismo, conocerse a uno mismo, disfrutarse a uno mismo. Olvidamos que la Soledad enseña lecciones que ningún beso impartirá.