lunes, 16 de noviembre de 2015

Un corazón de corcho, sentimientos como adorno,
no hay testigos,
sólo algún que otro recuerdo y algún espacio en blanco.
La pregunta bajo tierra,
yo con la vista en alto esperando su respuesta,
soluciones que no llegan,
soluciones son problemas.
El tiempo no perdona,
el tiempo nunca olvida,
las heridas en el alma se mantienen vivas,
afilando sus cuchillas,
atormentando la cordura.
Juego a ser poeta mientras prostituyo a las musas,
cada noche una distinta,
pero todos los días, despierto con la misma,
reina soledad.
Quitarme el sombrero de copa mientras bebo de tus medias,
medias caricias pero fuerte la mordida, tus dedos en mi nuca,
mis labios en tus miedos convertidos en sonrisas psicopáticas,
el ambiente denso, de noche o de día, qué más da el momento,
un trago de tu pecho y la cuenta vuelve a cero,
el reloj se reinicia y retornamos al juego,
saltamos a la lona con arrugas infinitas y la mirada en el techo,
mi espalda tu lienzo, cada cicatriz con tu nombre en verso.

sábado, 28 de marzo de 2015

Soy la mitad de mis palabras, una nube que no rompe, un grito que no se oye, una antítesis de vida, una lágrima vacía; El todo y la nada, el pasado y mañana, un pájaro sin alas, una oda muda, una sombra oculta...a pleno sol, a plena luz del fervor de la fiebre fría del Señor, testigo de su error. Muchos sentimientos y todos bajo llave, sepultados en el féretro de mi inerte cuore, día y noche perdiendo lo nunca ganado, lo jamás merecido, mi alma emigró cansada de estar en paro, de echar de menos una compañera con la que gastar el tiempo, con la que ganar la vida.

Soy la mitad de mi yo, la mitad de algo que hace años se murió.