martes, 29 de septiembre de 2009

Y qué más da lo demás.

Todo se convierte en una vorágine de pros y contras, un sinsaber continuo de lo que realmente deseo. Situaciones sin nombre, esas son las que odio, las que me convierten en la persona que soy, y ni siquiera se si tengo que dar gracias por ello. Angustia, desorientación, inutilidad...sensaciones que parten el alma, la descomponen en millones de trozos imposible de juntar, o esa impresión da, son las que recorren mi ser como si de un círculo vicioso se tratase.




Ais...después de todo sólo me queda mi "yo" mismo, todo lo demás queda ahí...suspendido.

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