Navegar en un mar de niebla, no a la deriva como se imagina, pues el rumbo dibujado en su ideal, está siguiendo. Sabe a donde va, no si llegará, pero lucha por conseguirlo. Su capitán es la razón, su brújula el sentimiento,su tripulación,lágrimas y sonrisas.
Palabras virulentas, a veces, intentan destruirlo, pero él no se rinde, es fuerte y sabe resistir el oleaje. De vez en cuando, también encuentra ayuda, seres celestiales animan su alma cuando esta lo necesita. No intercambian palabras, no hace falta, simplemente se interiorizan y dibujan con rutilantes miradas aquel preciado destino. Sólo recordar, a veces, le hace falta.
Únicamente tiene miedo de un supuesto. El precio que ha de pagar por el viaje, no le importa su vida, la daría sin lugar a dudas. Es la otra, lo que más desea, la razón de su odisea, los ojos en la noche y su aliento agitado cuando duerme. Tiene miedo, pues sabe que el mundo es intercambio, equilibrio. Conoce los secretos de la vida, pero aún no ha aprendido a engañar a la muerte.
Aún con todo, seguro está, de que al final, de un modo u otro, sus miradas se encontrarán, cruzarán los límites, y en la eternidad permanecerán.
Juntos.
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1 comentario:
Todos necesitamos esa otra mitad, verdad, mi pequeño filósofo?
Hace demasiado mucho que no hablamos usted y yo.
¬¬
Jum.
Besos!
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