miércoles, 28 de enero de 2009

Enfermedad de amor.

Otra noche más, vuelve a repetirlo. Sentado en la cama y apoyado contra la pared, observado por las fotografías de la estantería, relee las cartas que nunca envío. Siente rabia al descubrir palabras emborronadas, es su círculo vicioso de recuerdos y lágrimas. Maldiciéndose una y otra vez; se arrepiente una más, se golpea desquiciadamente al saber lo que sabe y no haberlo sabido cuando importaba.
Jura contra el tiempo, uno de los peores enemigos del Hombre y creado por él mismo. Se ríe ante tal ocurrencia. Se golpea con más fuerza.

En su cabeza, empiezan a sonar carcajadas; la visión se nubla, sin control mira aquí y hayá. De repente, la puerta parece que se empieza a abrir tímidamente, el sentido y el latir de su corazón, corren en velocidades proporcionalmente opuestas. Quedase quieto, observando como los dedos de una mano izquierda traspasa el umbral seguida del resto del cuerpo, de su cuerpo. Se asoma la sombra de aquél ser; los pies descalzos, las esculturales piernas, un vientre liso, destapado, invitando a ser acariciado, recorrido, sinuosos senos opacados por una celeste fina tela reposada en unos estimulantes hombros. El sedoso pelo embrujando el ambiente y el aroma, portal del sueño eterno, se combinan artísticamente con las cálidas mejillas y los enigmáticos labios.
Se queda atónito al recordar su por qué, en aquellas rutilantes esmeraldas. El descontrol gana fuerza al prestar atención en la sombra de la no invitada, de la deseada.

Ella se acerca, se ofrece a la luz de la luna, alza los brazos y susurra su nombre.


El corazón y el sentido, llegan a la meta, llegan a la paz.

2 comentarios:

Soñadora Empedernida dijo...

Morir... por o de amor?





Gracias por todo, señor R.

Ichi dijo...

Rethorin, no sabía que tenías blog ö
Bueno bueno, me pasaré mas entonces
jiji.

Besoos cosi :)