De espaldas al mundo sonriéndole a la nada,
rasgado por dentro,
sangrando por fuera.
Herófila y su don,
Troya está en mi pecho,
ni héroe, ni mito ni dios,
tan sólo llamas, grito y dolor.
Sumergido en Aqueronte buscando condena,
con los pulmones negros,
con el alma rota.
Deífoba y sus versos,
la arena y un deseo,
consumiéndome en esta jaula,
que son su "no", su "duda" y su "silencio".
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