viernes, 22 de enero de 2010

Batalla perdida

Deslizándose por paisajes oníricos, recorriendo senderos teñidos de pesadillas, sobrevive. El reloj marca el tempo, el dolor el ritmo, su corazón la intensidad. El deseo, rápido se transforma en angustia, el placer efímero en inevitable aflicción, el alma y la razón comienzan su eterna batalla. Batalla perdida para los dos.

Perseguido por anhelos, rodeado de químeras, perdido en el descontrol. La opacidad su traje, la inseguridad su calzado, la soledad su filosofía. Una flor como compañera, una flor mustia. Un cuerpo marcado por el cilicio del pasado, del presente, del futuro. Una banda sonora en modo menor. Una existencia guiada por el sinsaber, la sinrazón.

Incesante lluvia intempestiva que ahoga sus intentos de volar. Cegadores relámpagos que le derriten las retinas como si de una vela se tratara. Nubes turbias que pulverizan sus esperanzas de ver el horizonte, de apreciar la vida.

Deslizándose por paisajes oxidados, recorriendo senderos teñidos de desesperación, sobrevive.

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