lunes, 8 de febrero de 2010

Sin control

La dependencia reaparece como un virus. Maldita situación. Diabólica condición. Elemento vital que atormenta y compensa una existencia. Una existencia no solicitada. El amor muda tanto de piel que ya no se sabe si está presente o no, si existe o no. ¿De qué vale autoconvencerse uno, si al final no se tiene poder para nada?. En la vida es una ley ilógica, cuando uno quiere no aparece, y cuando se pretende evitar, golpea con fuerza. No consigo entender como unos ojos pueden atormentar de esta manera un alma. ¿Ataraxia? ojalá, demasiado difícil para un ser tan inmaduro e inexperto. ¿Única salida? seguir como siempre, mantener la débil fortaleza y la difusa mente lo más solidas posible.

A fin de cuentas, sentirse de una manera u otra sólo variará la visión del mundo de una persona, ¿Y qué valor tiene ésta en comparación con las demás?

El verdadero sentimiento va más allá del placer personal.

No hay comentarios: