lunes, 23 de enero de 2012

Otra noche más acompañado de mi sombra
los libros en la mesa y yo escribiendo esta hoja
las horas pasan lentas siguen marcando el tempo
el tic-tac de una vida que caduca por momentos
respirando el aire seco que desprende este infierno
de ya no comprender ni tan sólo un sentimiento
mi reflejo en el espejo se destiñe con la luz
y unas voces van gritando "por qué sigues aquí aún"
el odio y el amor son desconocidos para mí
no consigo recordar todo aquello que viví
que sentí, cuando las emociones guiaban
el camino a seguir, y mis preguntas con respuesta
me etiquetaban de feliz
este fin, carente de su punto aparte
desafiante me mantiene próximo a su alcance
en el abismo del presente con un ritmo palpitante
fluye la sangre, sístole, diástole
el cerebro no responde y el ánima esta ausente
el águila de Equidna me espera otra noche

En esta pecera que es mi cuarto
nado entre los sueños y me mantengo a salvo
sumergido entre las olas de un pensamiento extraño
intento descubrir que hay al otro lado
Desde la ventana juego con las nubes
pareidolia unos lo llaman, yo les digo "miren"
la natura está aquí enfrente, nunca es peligrosa
sólo desea ser amiga de personas
y que más te da si veo algunas sonrisas
o unos labios blancos rozando mis mejillas
agónica taquipsiquia ronda en mi cabeza
me taladra con palabras y me perfora el alma
y que importa si a estas horas ya no me queda nada
sólo algunas lágrimas que sacian esta sed
mientras fijo la mirada más allá del Edén
del mi ser que no me permite creer
en el tren de la fe ni en su juego de ajedrez
dónde yo también tengo opciones de vencer

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