martes, 12 de abril de 2011

Me fascina idealizarte, aunque sepa que es un error y que posiblemente no seas así. Sólo, posiblemente. Puede que sea tan sólo pasajero, pero mientras dure, tú reinarás mis cielos, serás el foco de mi adoración, a quién me abandone. Tus palabras, sentimientos, emociones, ojos, sonrisas, manos, lágrimas, muecas y corazón serán mis mandamientos. Cada mañana te colarás en mi mente, ya sea en tu forma divina o humana, ambas serían perfectas. Al anochecer, te veré en el cielo, las estrellas dibujarán tu rostro, y entraré en un estado de trance donde, seguramente, creeré rozarte, o tan sólo sentir tu mágica mirada, desnudándome el alma, sintiéndome ínfimo, como una gota de agua en el mar inmenso.
Serás la razón del porqué, el cómo y el cuándo. La verdad y la mentira. El todo y la nada. El viento, la lluvia, el sol y la luna. La emoción que no puedo explicar. El nombre que no puedo mencionar. Serás todo aquello que mi mente idee. Y ¿sabes una cosa?, nadie puede cambiar eso, ni tan siquiera tú.

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