jueves, 12 de mayo de 2011

Hacer un trato con el tiempo, que se pare un momento y me permita recuperar el aliento. Dejar todo suspendido un instante, lo suficiente para saborear el roce de tu piel, contar los parpadeos por segundo sin parecer un idiota. Hacer un trato con el tiempo y que no pase a lo loco, que me conceda un segundo eterno, el necesario para respirar y decidir que decir. Sentirme libre y cuerdo en tu presencia, prolongar el resplandor de tus ojos, mantener la sonrisa que asoma sin querer, ser consciente de todo ello, y no parecer un cretino. Hacer un trato contigo para mantener un secreto, una confidencia mortal, desatar el alma y construir el futuro sin destino, el pasado sin memoria, el presente perfecto.

El tiempo no está de acuerdo, tú no estás, sólo permanece la sensación que, resquebrajada en profundidad, se enfrenta al sino de todo aquello que sueña.

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