viernes, 3 de junio de 2011

Fiel compañera que se mantiene en mí en toda adversidad
cruda realidad la que me muestra a través de su mirada
gris es el color, translúcido su corazón, la piel fría
cuando la lluvia cae, el cielo se hunde, esboza una sonrisa
en calles vacías ella camina, sigue mi sombra, deja sus huellas
horas paso a su vera, tiene paciencia, me abraza bajo las estrellas
cómo abandonarla si me revela la verdad universal
pues solos abrimos los ojos y solos los cerramos
embriagado por su naturalidad y finura, tímida aparece
y sus labios sobre mi frente, cada noche me duerme
protección contra ilusión y mentira, riesgo de caer
la odio, pero somos inseparables, demasiado tiempo ya
la guitarra suena, la melodía acompaña, mi alma se desnuda
las heridas cose, una y otra vez, dulzura amarga
como despedirla si me coge de la mano, me abraza
lástima que su nombre provoque rechazo y marginalidad
pero somos uno, niños por el campo jugando a ser felices
con apellidos desconocidos pero con nombre claro: Tristeza

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