domingo, 6 de febrero de 2011

La clave.

Un roce. Un abrazo
Una mirada. Un beso
Una sonrisa.Un "te quiero"

Eso tengo, esto deseo. Pero ¡qué más da!...Daños colaterales de un corazón de piedra, al menos en apariencia. Un mundo en el que las palabras pueden no servir de nada, o sí. No tener certeza alguna embarra el camino, lapida la mente, destruye el alma.
Cuando nada coincide, todo cambia, y la establidad es nula. Todo es gris, no blanco, tampoco negro, gris. Color desteñido por las alegrías y las tristezas. El reflejo de un equilibrio perfecto. El reflejo del arma perfecta. La vida. Individual y colectiva. Sonrisas y lágrimas. ¿Directamente relacionada con el amor, en su significado más amplio y concreto? Tal vez. Apunta esta incertidumbre a la lista.

...

Si al menos un roce, realmente, pudiese cambiarlo, darme claridad, seguridad.
Si al menos una mirada, de verdad, pudiese brindarme ese calor que tanto añoro.
Si al menos una sonrisa, aquella entre tantas, pudiese descifrar la clave de la felicidad.

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